El viento representa un recurso energético abundante y renovable en todo el planeta. La energía eólica es, junto a la solar-fotovoltaíca, las dos tecnologías energéticas con mayor crecimiento a nivel mundial. Con la concentración de gases de efecto invernadero aumentando a niveles peligrosos, es preciso apostar por un modelo energético mas sustentable en el tiempo, apuntalado principalmente por las energías renovables.
El viento es una fuente de energía que no se extingue. Desde que existe el Planeta Tierra, existe el viento, y éste es nuestro gran aliado…el encargado de mover nuestros aerogeneradores.
Los aerogeneradores aprovechan al máximo el potencial de los vientos, generando electricidad de forma eficiente y constante, las 24hs del día, los 365 días del año. El viento no para, nuestras aspas tampoco.
Producir electricidad a partir del viento no emite contaminantes, ni gases de efecto invernadero. Es una alternativa mucho más sustentable que el carbón, o combustible fósil.
El sol produce calor y es absorbido de diferentes formas en nuestra atmósfera. Se generan distintas capas de aire con diferentes temperaturas y por lo tanto, diferente presión. Estas diferencias hacen que el aire se mueva de lugares donde existe una mayor presión hacia una menor presión, este movimiento es lo que conocemos como viento.
La fuerza del viento mueve las aspas del aerogenerador, que gracias a su alternador, logra convertir esta energía cinética en electricidad. Una vez obtenida la electricidad, esta puede consumirse, almacenarse en baterías o vertirla en la red para ser aprovechada por la industria, los comercios y hogares.
